La utilización de lámparas UV-C en cuartos fríos de conservación ayudará a reducir drásticamente la presencia de bacterias y otros microorganismos, lo que se traducirá en un mayor tiempo de vida de los alimentos.
La radiación UV-C por inducción se produce debido a un campo magnético de alta intensidad que excita el gas de Hg, esta forma de producir UV es 150% más efectiva y tiene un tiempo de vida hasta 6 veces mayor que las lámparas tradicionales con electrodos.
Pueden calibrarse para producir longitudes de onda de 185+254 nm (ozono) y únicamente 254nm (libre de ozono).